Wednesday, May 21, 2008

-Chávez y los computadores de Raúl Reyes-

Por Charito Rojas.
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Noticiero Digital.
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"El chico malo se portó bien", decían los titulares de Lima, mientras se quedaban con las ganas de que Chávez armase uno de sus vergonzosos show mediáticos. Pero él sabe lo que hace y ante la posibilidad de un coquito, prefirió no emitir insulto alguno. Se las dio de simpático, papel que sabe hacer bien con su aire guachamarón, repartió besitos, abrazos e hizo los malos chistes que acostumbra. Así, evitó al máximo que la canciller Merkel le pusiera en su sitio o que la Bachelet le diera la espalda, o que Uribe le volviera a tender la mano para hacerlo quedar en evidencia. Pero el terremoto que sacude al gobierno de Hugo Chávez no ha cesado. Tiene encima una cadena de eventos desafortunados desde que el Rey le mandara a cerrar su inmensa boca. Trató de lavarse la cara internacionalmente haciendo de mediador con la FARC para el intercambio humanitario. Pero el gobierno colombiano lo cachó en su juego: se trataba de una componenda de cómplices y no de una intermediación, por eso lo dejó en evidencia públicamente. Su planteamiento de una reforma constitucional y su destape alineándose con las FARC luego de la muerte de alias Raúl Reyes ya no dejan dudas a nadie acerca del bando donde está Chávez: en la acera opuesta a la democracia, a los derechos humanos, a la libertad y al progreso. La inteligencia colombiana le tiene medidos los pasos a Chávez desde hace años, habla de sus coqueteos con Marulanda, de su protección a los guerrilleros, de los refugios fronterizos para los perseguidos, del auxilio económico y armamentista, de las coincidencias en el propósito de echar a un lado a los gobiernos democráticos de América Latina. La gran chequera de los petrodólares venezolanos resucitó al cadáver insepulto de Cuba, brindó una nueva oportunidad a Daniel Ortega, sostiene económica y políticamente al insostenible gobierno de Evo Morales, apuntala al muchacho de Ecuador, paga las deudas de la pareja K. en Argentina. Compra armas desde Rusia con amor para todos sus cachorros, se ayunta con Ahdmadinejad para que le tengan pánico nuclear; confronta al imperio y a los países más desarrollados para rankearse y subir su pesaje político. Sin embargo, vamos a estar claros: este hombre pudiera hacer eso y no pasaría nada si: a) hiciera todo con la boca cerrada, b) si le tirara algo más que limosnas a su propio país. Pero no, desde que llegó al poder en mala hora hace 10 años, no ha hecho más que destruir las bases institucionales, estatizar la economía, irrespetar la propiedad privada, acabar con la producción nacional, crear un marco legal que permita su autoridad única y atropellar a quienes se le oponen. Tiene otras gestas destacables, pero el resultado es el mismo siempre: un fracaso económico, una decepción política, una monumental ineficiencia administrativa, una corrupción récord, en fin, un gobierno que si no tuviera los más extraordinarios recursos de período alguno, no hubiese sobrevivido a la primera protesta popular. El hombre es hábil y sabe el lado flaco de los venezolanos: la buena vida. Mientras deje que se enriquezcan, mientras les de prebendas a militares, opositores, empresarios, seguidores, políticos de cualquier tolda, pues todos, toditos, todos, van a comer de su mano con la indignidad de quienes entregan hasta su vida por un saco de monedas. La anarquía en que vivimos, la pobreza, la corrupción no tienen solución bajo este régimen y a ello estamos resignados. Pero lo que sí nos preocupa es que el hombre que representa a Venezuela ha sido agarrado in fraganti cometiendo un delito internacional de protección y relación con grupos terroristas. El mundo entero, menos el sindicado y sus secuaces, saben que el contenido de la computadora de Raúl Reyes no fue manipulada por el gobierno colombiano, tal y como lo garantiza una organización mundial de alta credibilidad como INTERPOL. La posibilidad de que los contenidos estén manipulados es de una en un millón. Además, lo que ha salido a la luz pública coincide mortalmente con lo que periodistas latinoamericanos denuncian desde hace años, con lo que dicen los militares que transitan la frontera, con lo que sospechaba el imperio desde hace mucho tiempo: que Chávez es más que amigo de las FARC. El no lo niega, es lo peor. Defiende sus amistades, que son maravillosas para él. El malo es Uribe, que combate unos facinerosos que tienen 40 años matando colombianos inocentes. El malo es el imperio, que consume las drogas que trafican los amiguitos de las FARC; los malos son los periodistas que llevan años hablando sobre sus malas juntas. Malos son los Jefes de Estado que se desmarcan de un presidente forajido. Buenos son Evo, Ortega, Fidel, Mugabwe y el dictador de Bielorrusia. Gente como uno, dirá el señor. El vive detrás del espejo, en un mundo digno de la siquiatría, donde el culpable acusa a los demás de sus crímenes, donde no hay justicia ni sensatez, donde los animales de la corte bailan al son que les toque el billete, mientras hacen sigilosamente cola en las embajadas para obtener otras nacionalidades cuando llegue la debacle. El señor debería preguntar cuantos de sus ministros y colaboradores tienen doble nacionalidad. O las cuentas que engordan en el exterior, que al parecer usarán muy pronto. Que averigöe a quiénes pertenecen los aviones con matrícula de Delaware que pululan por nuestros aeropuertos. Todas esas ratas abandonarán el barco al primer soplido del imperio, que no será precisamente una invasión a esta tierra, sino a las cuentas que los revolucionarios mantienen en Estados Unidos. Las señales son malas: las compañías norteamericanas que surten de repuestos al país se han acogido a la cláusula de la Ley antiterrorista que prohíbe vender a países cómplices. Esta semana la administración Bush podría anunciar sanciones financieras contra entidades e individualidades venezolanas, limitar los montos de las transacciones, denegar el acceso al sistema financiero americano, e incluso afectar las visas a quienes sean cercanos al gobierno chavista. La computadora de Reyes habló. Chávez está descubierto y los venezolanos pagaremos el pato, porque será el país el que al final resulte afectado por décadas gracias a esta revolución empobrecedora, embrutecedora y forajida. No hace falta ser Hermes el Iluminado, para ver que este hombre está huyendo hacia delante, desesperado en una carrera armamentista y tumbando lo que se le ponga por delante. Con la torpeza verbal e irresponsabilidad que lo caracteriza está empujando un ambiente pre bélico. Cuidado, pues... Hasta el próximo miércoles.